Energía

La crisis de Ucrania agrava la escalada de los precios energéticos en España

Naturgy, Repsol
Metanero de GNL.

El conflicto entre Rusia y Ucrania podría tener serias implicaciones desde el punto de vista energético para España, ya que podría agravar una delicada situación provocada por el cierre en octubre del gasoducto Magreb-Europa (GME) procedente de Argelia -que es su principal fuente de abastecimiento de gas al ser responsable del 42% del mismo- por su crisis diplomática con Marruecos, en un momento en el que el precio de la luz sigue disparado en pleno invierno.

La elevada dependencia del exterior de España en el suministro de energía hace que crisis geopolíticas como la actual tengan inexorablemente efectos a nivel de costes por el tensionamiento del mercado del gas, lo que provoca automáticamente un incremento de los precios de la electricidad. En concreto, el precio medio de la luz para este miércoles es un 5,6% superior al del martes, y se situará en 236,77 euros por megavatio hora (MWh).

Tras el cierre del gasoducto argelino GME Magreb-Europa, Medgaz, la otra tubería alternativa procedente del país norteafricano, aún no cubre ese vacío de capacidad, por lo que Enagás ha fijado en el calendario más barcos de descarga para que entre más gas en España -en total, 145, una cifra muy superior a los 86 buques que llegaron el invierno pasado- y comercializadoras como Iberdrola, Naturgy y Endesa puedan traer más GNL a las plantas de regasificación españolas, a las que puede llegar gas desde cualquier lugar del mundo -alrededor de 15 países de origen al año, una cifra que puede variar-. En los últimos días, España ha incrementado la importación de petróleo y gas a Estados Unidos, que ya le suministra un 50% más que Rusia.

Según Enagás, en Centroeuropa, aproximadamente el 70% del gas les llega por gasoducto y el 30% por barco, mientras que en España, ese porcentaje actualmente es al revés: alrededor del 70% por metaneros y 30% por gasoducto. El gas natural ruso que llega a España es por barco. Rusia supuso solo un 8,7% del aprovisionamiento en 2021, un 10,43% en 2020, un 8,49% en 2019, un 2% en 2018 y en 2017 no fue país suministrador.

Sin embargo, el transporte marítimo de esta materia prima encarece el suministro, «y en estas circunstancias de tensión todavía más», señalan fuentes del sector. Con seis plantas de regasificación operativas -el mayor número en Europa-, España tiene una mayor flexibilidad y una mayor seguridad de suministro que otros países, apuntan. Las reservas españolas se encuentran en niveles elevados, entorno a 63% de su capacidad, mientras que a nivel europeo, los depósitos están, de media, al 43% de su capacidad total.

Aunque Rusia no es un proveedor tradicional de gas para España, cualquier incertidumbre respecto a su suministro en Europa avivará aún más las presiones inflacionistas que azotan al Viejo Continente y, en particular, a España, donde en diciembre la tasa se situó en el 6,5%.

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